Es increíble cuando uno tiene su primer hijo, todos el mundo te da consejos de como se deben hacer las cosas. Por todos lados se escuchan consejos de como debes hacer esto, o debes de hacerlo de este otro modo porque es lo mejor…, o no le hagas caso a nadie lo mejor es de esta otra forma. Todos tienen algo que enseñarte. Todos saben cual es la mejor forma de cambiar el pañal, cual es la mejor forma de bañarlo, cual es la mejor forma para cambiarlo, cual es el mejor biberón, como se debe cargar, como se debe cuidar el ombligo, etc. Yo he visto eso cuando nació mi hija.
Se entiende que una persona con más experiencia quiera dar consejos, seguramente quiere evitar que otro ser humano caiga en los mismos errores. Por eso se agradecen los consejos. Sin embargo con Dios no funciona de ese modo, ¿cómo vamos a darle consejos al Todopoderoso? Es como quererle vender pan a la Bimbo, o pretender enseñarle a volar a Superman. Simplemente no se puede. Unos tipos le traen a Jesús un sordo y tartamudo para que lo sanará, hasta ahí todo esta bien. Donde está el error es cuando le dicen como hacerle. “le rogaron que le pusiera la mano encima” Seguramente sus intenciones no eran malas, ellos habían visto o les habían platicado que Jesús curaba de ese modo o quizá un taumaturgo lugareño lo intentaba de ese modo.
Como fuera ese no es el punto, lo que nos interesa aquí es que los seres humanos queremos o tenemos la tendencia de decirle a Dios como hacer las cosas porque claro creemos es lo mejor. Es absurdo lo sé. El Maestro Jesús nos conoce y como otro método educativo cambia las técnicas del milagro, ya no es un simple tocar o una simple palabra, ahora cambia la jugada de tal manera que todos se maravillaban y decían “bien lo ha hecho todo”. Jesús no cambia el método como capricho; no dice: ahora lo hago de otro modo para que se les quite. No. Jesús, lo hace para que su mirada se dirija hacia Dios y no a los procedimientos o costumbres, lo hace para que veamos que los ritos no son nada si Dios no está ahí. Lo enfatiza cuando levanta sus ojos al cielo. Confiemos en Dios y no en las costumbres o los ritos o en los hombres, simplemente confiemos en el Creador.
0 comentários:
Postar um comentário