Si tienes un problema y el diablo no logra inquietarte por ello, significa que él no tiene poder sobre Ti. Tu poder está en mantenerte calmo, en paz, con una actitud de confianza. El poder del diablo reside en causarte enojo y temor, minando así tu fortaleza.
Cuando te encuentres en una situación problemática, permite que tu meta sea simplemente permanecer en calma. Cada vez que comienzas a sentirte molesto o frustrado, detente y pregúntate: “¿Qué está tratando de hacer el enemigo aquí?”
sábado, 28 de janeiro de 2012
El Poder Del Gozo Y La Paz
terça-feira, 24 de janeiro de 2012
Obispo Julio Cesar, Pastor Daniel Sousa y Pastor Arturo En El Monte
domingo, 22 de janeiro de 2012
La Aguja Y El Alfiler
Un alfiler y una aguja encontrándose en una cesta de labores y no teniendo nada que hacer, empezaron a reñir, entablándose la siguiente disputa:
-De que utilidad eres tu? Dijo el alfiler a la aguja;
y como piensas pasar la vida sin cabeza?
-Y así respondió la aguja con tono agudo,
de que te sirve la cabeza si no tienes ojo?
¿Y de que te sirve un ojo si siempre tienes algo en el?
Pues yo, con algo en mi ojo puedo hacer mucho mas que tu.
Si; pero tu vida será muy corta pues depende de tu hilo.
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La aguja y el alfiler,
Reflexiones
quinta-feira, 12 de janeiro de 2012
Oración Por Las Puertas Abiertas
sábado, 7 de janeiro de 2012
El Organista
Un organista de una iglesia estaba practicando una pieza de Felix Mendelssohn y no estaba tocando muy bien. Frustrado, recogió su música y se dispuso a irse. No había notado a un extraño que se había sentado en un banco de atrás.
Cuando el organista se dio la vuelta para irse, el extraño se le acercó y le preguntó si él podía tocar la pieza. El organista respondió bruscamente: «Nunca dejo que nadie toque este órgano.». Finalmente, después de dos peticiones amables más, el músico gruñón le dio permiso con renuencia.
Cuando el organista se dio la vuelta para irse, el extraño se le acercó y le preguntó si él podía tocar la pieza. El organista respondió bruscamente: «Nunca dejo que nadie toque este órgano.». Finalmente, después de dos peticiones amables más, el músico gruñón le dio permiso con renuencia.
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