quinta-feira, 20 de outubro de 2011

¿A quien sirves, a Dios o a Faraón?

Dios nunca podrá cumplir su propósito en la vida de las personas, mientras estas sigan aferradas a su pasado, a “amigos”, a sus bienes, a su titulo, a lo que los demás dicen o van a decir de ella, y un montón de otras cosas.

Cuando yo veo en la Biblia el pueblo de Israel mientras eran esclavos en Egipto, pienso… Mucho de lo que sucedía en esa época sucede en los días de hoy en la vida de mucha gente.

  El pueblo quería salir de aquella situación, ellos ya no aguantaban aquel sufrimiento, sabían que aquella no era la vida que Dios había prometido para ellos, pero, también sabia de lo que enfrentaría se ellos tomaran la decisión de abandonar a Egipto y rebelarse contra el Faraón.

Hasta que aparece Moisés y hace exactamente lo que nadie hasta entonces había tenido el valor de hacerlo. Moisés sabia que aun el pueblo estando en aquella situación, sería muy difícil convencerlos de que Dios tenía algo mucho mejor para ellos, el mayor problema no era el Faraón, los egipcios, sus armas su ejercito, el mayor problema sería convencer al pueblo que Dios podía y quería sacarlos de aquella situación. Vemos como dice la palabra de Dios:

Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido el Señor. (Éxodo 4:1)

Imagine, Moisés que antes comía en la mesa del Faraón y fue criado por su hija, ahora llega queriendo quitar el pueblo de Egipto diciendo que Dios tenía algo mucho mejor para ellos. No dudo que si fueran en los días de hoy los inescrupulosos que les gustan esclavizar al pueblo dirían: "¡¡¡MOISÉS, ESTAS ESCUPIENDO EN EL PLATO QUE COMISTE!!!" No nos olvidemos que Moisés no solo comió de la comida del faraón, sino que fue criado por su hija... Aun así tuvo el valor para reconocer que Dios tenía algo mucho mejor y más grande para él y su pueblo, y seguro que eso fue lo que llamó la atención de Dios para él.

El pueblo de Israel fue muy beneficiado cuando llegó a Egipto, pues en aquel entonces José que era hebreo, era gobernador de esa tierra y los ayudó de una manera grandiosa. El pueblo antes de llegar a Egipto estaba pasando por una situación de miseria y ahí fueron acogidos en este entonces. Pero como mucha cosa en esa vida cambia, eso también cambió con la muerte de José como vemos en este versículo.

Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. (Éxodo 1;8-11)

Todo en este mundo pasa, pero mucha gente sigue viviendo del pasado, y uno mirando hacia tras no puede ver lo que Dios tiene preparado para su vida. El pueblo de Israel permaneció así por más de cuatrocientos años, muchos murieron y nunca vieron la promesa cumplirse.

Dios tiene cosas grandiosas para sus hijos, pero mientras estes vivan mirando hacia tras, o estén preocupados con lo que van a pensar o decir a su respecto, nunca Dios podrá manifestarse en sus vidas. Es claro que para aceptar la voluntad de Dios uno tendrá que está conciente que mucha gente se va a levantar en su contra, muchos le van a criticar, pues los que no están dispuestos a pagar el precio para obedecer a Dios, siempre se molestarán con los que esté dispuesto a hacerlo.

Yo he visto a muchos que viven reclamando de su vida, de la situación en que se encuentran, no está de acuerdo con mucha cosa pero, no toman dediciones para cambiar su vida por miedo de las consecuencias. Muchos que hasta predican la palabra de Dios, pero viven más preocupados con lo que los otros piensan, que lo que Dios piensa de él, están más preocupados en agradar a hombres que al propio Dios. Y por eso viven la vida que otros quieren que él viva y no la vida que Dios ha prometido para los que le aman.

El pueblo sabía que para salir de Egipto y llegar a la tierra prometida tendría que desanimar al Faraón, caminar por el desierto, pero la recompensa sería mucho más grande que las dificultades que enfrentarían.

“…y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.” (Éxodo 3;8)

He visto a mucha gente hacer sacrificios materiales para adquirir el favor de Dios,
pero la verdad es que eso no va a cambiar nada. Dios no está preocupado con lo que tu tienes para ofrecerle, los únicos que se importan con lo que tu tienes so aquellos que tiene su visión en lo material. Dios siempre miró y siempre va a mirar a tu obediencia a Él.

El sacrificio que debes hacer es obedecer a la voz de Dios, seguir su palabra aun que otros se desagraden por causa de tu obediencia a Él.

Mis amados, pongan sus vidas en las manos de Dios y sírvanlo. Los propósitos de Dios para nosotros son buenos y no malos, Dios siempre querrá lo mejor para aquellos que estén dispuesto a hacer su voluntad.

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. (Jeremías 29;11)

No tengan miedo de tomar decisiones, desde que estas estén de acuerdo con la palabra de Dios. Ore a Él y si eres sincero, Él te enseñará el camino. Lo demás solo dependerá de ti.

Y tú, ¿A quien sirves, a Dios o a Faraón?

Que Dios los bendiga a todos.

Pastor Daniel de Sousa

1 comentários:

Angel disse...

Debemos de procurar obedecer a Dios sobre todas las cosas, cuando le obedecemos y hacemos Su Voluntad estamos alineados a Su Propósito en nuestra vida, por lo tanto de una manera u otra Él hará prosperar nuestro camino.

Bendiciones

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