segunda-feira, 18 de julho de 2011

OPONERSE A DIOS



Cuando vemos en la biblia la vida de algunos reyes de Israel, nos sentimos fuerte viendo las victorias que recibían ellos por su valor, por su fe, por su entrega a Dios; pero también vemos que muchos de ellos tuvieron un final de desgracia y vergüenza. Y una de las cosas que he observado es que la mayor causa de la caída de esos reyes ha sido por OPONERSE a Dios.
Y ¿cuando eso sucede? ¿como es posible que alguien que ya haya recibido tantas bendiciones de Dios pueda oponerse a Él?

El problema está en la falta de discernimiento espiritual. No creo que una persona sea capaz de ponerse cara a cara con Dios y enfrentar lo, mas sí contra un ungido suyo, o contra alguien que está cumpliendo con un propósito divino. Y es ahí donde vemos la derrota o caída de muchos hombres de Dios.
Un ejemplo que me ha llamado la atención esos días es el del rey Josías. Él fue uno de los reyes que mas sirvió a Dios, venció muchas batallas y ayudó a mucha gente, hasta que un día cuando el Faraón Necao rey de Egipto subió para hacer guerra contra el Rey de Asiria, Josía salió contra él. Lo que Josías no entendió, o mejor no quiso entender fue que, Necao estaba cumpliendo con un propósito de Dios, pues dice la palabra de Dios:

«Pero él le envió mensajeros, diciendo: ¿Qué tenemos que ver el uno con el otro, oh rey de Judá? No vengo hoy contra ti, sino contra la casa con la que estoy en guerra, y Dios me ha ordenado que me apresure. Por tu propio bien, deja de OPONERTE a Dios, que está conmigo, para que El no te destruya. (2Cr35;21)»

Desafortunadamente Josías no hizo caso al Faraón Necao y terminó con su vida de una manera horrible y vergonzosa. Vea como sigue el texto sagrado:

«Sin embargo, Josías no quiso retirarse de él, sino que se disfrazó para combatir contra él; tampoco escuchó las palabras de Necao que venían de boca de Dios, sino que vino a entablar batalla en la llanura de Meguido. Y los arqueros hirieron al rey Josías, y el rey dijo a sus siervos: Llevadme, porque estoy gravemente herido. (2Cr 35;22-23)»

En ese mensaje veo que, debemos tener mucho cuidado para que nunca eso suceda con nosotros. Yo imagino lo que se pasaba por la cabeza de Josías, pues ¿cuantos son aquellos que desprecia a los demás por su clase social, por hacer parte de una denominación diferente, por su posición “inferior” adentro de la iglesia, por su nacionalidad o muchas otras cosas? Creo que fue exactamente lo que sucedió con Josías pues si paramos para analizar, Necao era egipcio, era un faraón y no hacia parte del pueblo de Israel.

Y muchos en los días de hoy hacen lo mismo y terminan oponiéndose a Dios y terminando en la desgracia.
Debemos tener mucho cuidado para que tal cosa nunca nos suceda, sigamos el ejemplo de David que nunca se atrevió a levantar la mano contra el ungido del Señor, aun sabiendo que Dios ya se había apartado de Saul, en cambio Saul nunca reconoció la unción que estaba sobre David. Al final ¿de quien se agradó Dios?

Que Dios les bendiga a todos y que nunca caigamos en ese error, lo mejor es seguir la enseñanza del Señor Jesús:

«Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen también lo mismo los recaudadores de impuestos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis más que otros? ¿No hacen también lo mismo los gentiles? Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. (Mateo 5;44-48)»

Un fuerte abrazo a todos que tuvieron el cuidado de leer este mensaje.

Pastor Daniel de Sousa

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