Qué importante es darnos cuenta del valor de una sonrisa… ya que todos nos beneficiamos con ella.
Dicen los expertos que sonreir requiere menos esfuerzo que “amarrar” la cara ya que utiliza menos músculos. Tal parece que nuestro Creador tenía en mente que nos riésemos a menudo cuando nos diseñó. Por otro lado, tal y como nos lo plantea el autor del pensamiento de hoy, la sonrisa también enriquece la vida de aquellos que la reciben.
¿Por qué no comenzar esta semana de labores decidiendo sonreir a “más no poder” a aquellos con los que entremos en contacto?… no con sonrisas “plásticas” (fingidas) sino con unas genuinas que alegren el alma de otros. Adelante y atrevámonos a convertirnos en faritos de luz para nuestro círculo de contacto esta semana.
Si acaso digo: Olvidaré mi queja,cambiaré de expresión, esbozaré una sonrisa. Job 9:27.
Siete días celebrarás fiesta al SEÑOR tu Dios en el lugar que escoja el SEÑOR; porque el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todos tus productos y en toda la obra de tus manos; por tanto, estarás verdaderamente alegre. Deuteronomio 16:15.